jueves, 15 de junio de 2017

Todas tenemos alguien a quien superar

Es hermoso y placentero darte cuenta que, a pesar de que extrañes mucho a alguien y te desgarre el alma los pensamientos, lo querés lejos. Esto pasa porque sos consciente de que ya no aportaba nada en tu vida y preferís hacer tu camino sola, encontrando los pedazos que fuiste dejando por el esfuerzo de que aquello que estaban construyendo no se desmorone.
Sabés que se terminó y eso te aterra, te llena de pánico y de incertidumbre, pero tu conciencia está tranquila porque diste todo de vos.
El momento es ahora. Secate esas lágrimas y seguí adelante, como puedas, pero seguí. Aunque hoy creas que es el fin del mundo y que no hay un mañana, que el dolor te mata el pecho y ya no podés más, creeme que todo pasa.
Aprovechá este tiempo para hacer las cosas que más te gustan. Sé libre. Sé vos. Sé linda. Sé divertida. Reíte. Llorá. Salí. Disfrutá a tus amigos, a tu familia. Y si tenés cambios de humor repentinos, que dependan solamente de vos.
Y a pesar de todo lo sucedido, hay que ser agradecido con la otra persona, es la mejor manera de soltar lo mal que te hizo. Que el daño y el dolor se esfumen en el aire y así queden sólo los recuerdos más lindos de su gran historia.
Vas a sentir qué raro es caer en la cuenta de decir que ya no lo necesitás más, que te necesitás a vos... Y ahí vas a volver a quererte ver bien, feliz y, sobre todo, completa, para así poder empezar a escribir nuevas historias...

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