lunes, 6 de febrero de 2017

Yo no perdí...

Te pasaste mucho tiempo buscando maneras y agotando recursos para que todo terminara mal. Terminar mal con vos significa que hay posibilidades de volver y es seguro que vamos a volver porque lo dejamos latente. 
Y es que esta relación parece una casa. Nos vamos y cerramos la puerta, pero dejamos abierta la ventana porque sabemos que podemos entrar. Nunca queremos cerrar las cosas del todo. Ese es nuestro problema. Tenemos que dejar correr el tiempo, asimilar lo que nos pasa y aceptarlo, de otra manera no podemos cortar por lo sano. 
Todo siempre termina en que te tengo que decir "chau", no importa cuánto lo intentemos (o intente yo), y si esta vez no le pongo fin a esto, la situación va a ponerme fin a mí. Por donde se lo mire no hay solución. Es difícil soportar el dolor de entender que realmente no te importo, pero sigo dejando que hagas todo a tu antojo. 
Yo te sigo queriendo, y hubiera preferido no hacerlo nunca. Te fui sincera y puse lo mejor de mí, lo bueno y lo malo, todo. Me esforcé por mejorar las cosas, la remé cuando fue necesario, intenté cambiar lo que te molestaba y mantener lo que te hacía bien. Pedí perdón cuando me pareció necesario. Me mostré tal cual soy, incluso con todas las cosas que odio de mí misma. Y sí, te di todas las herramientas para lastimarme. Si vos con todo eso decidiste jugar o reírte de mi, es tema tuyo. 
No sé si lo que das vuelve, pero la culpa de jugar con quien te amó pesa bastante. Queriendo te di mucha ventaja, pero la tranquilidad de saber que te dí todo me hace sentir plena. Vos sabrás qué hiciste con lo que yo te entregué. Yo no perdí...

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