El sentimiento de culpa me ahoga, me ata, me atrapa.
El vacío recorre mi cuerpo desde mis dedos hasta la punta
del pelo.
Mis ganas de salir corriendo de las situaciones se hacen
cada vez más fuerte, pero ¿A dónde vamos cuando queremos escapar de nosotros?
Paro. Respiro. Pienso.
Me veo.
Me veo problematizada, con cara de pensar.
Miro mi interior, me reviso, me recorro.
Culpa por no hacer lo que siento.
Culpa por no sentir lo que hago.
Culpa por el arrepentirme de las cosas que hice. Culpa por
no arrepentirme de lo que no hice nunca.
Cargo con cosa de lxs demás.
Cargo con sus culpas.
Me vuelvo a mirar.
Salgo de mí y me digo: "esa mochila no es tuya, no te pertenece".
Me río.
Vuelvo a ser yo.
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