Me equivoqué.
Me di cuenta que la vida, por mucho que me pese, no es un cuento de hadas donde viene el príncipe azul y te rescata de aquella torre en donde te dejó encerrada la bruja malvada. Si querés salir de esa torre, flaca, arremangate el vestido y entrá a trepar porque nadie va a venir a rescatarte, porque solamente vos podés salvarte de las maldades que tiene la vida, porque hay que ser sinceros, la vida es hermosa, pero tiene sus maldades, su lado oscuro...¡Pero qué aburrido sería si no fuese así!
Yo no esperé que nadie me rescatara, yo sabía que si no salía de esta por mis propios medios, me quedaba ahí en esa torre, para siempre, y en el fondo de mí sabía que ese no era mi destino, sabía que yo tenía que ser una princesa con una historia en este mundo real, no con un final feliz, no con un príncipe a mi lado, sino con una historia, sea cual sea.
Hoy me doy cuenta que la felicidad no tiene un precio, que la felicidad es parte de lo bueno de vivir, estamos vivos y mientras eso sea así, todo es posible.
Uno no puede ser siempre feliz ni tampoco puede ser todo el tiempo infeliz. La vida tiene sus altibajos, sus cosas buenas, sus cosas malas. De las cosas malas se sale más fuertes y más guerreros que nunca, porque saliste de eso por tus propios medios, porque nadie vino a rescatarte, porque vos te arremangaste ese vestido y le diste batalla a la vida, y ganaste, o vas a ganar. Porque al fin y al cabo, los buenos siempre ganan...
@Incredulas - 30/10/14
Genial, me encantó!
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarLaaaas amo
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