Triste despedida

No sé cómo seguir sin vos. Me levanto y me duermo pensando en vos, ya no entiendo qué me pasa porque sé que te extraño y que te necesito pero a la vez no pretendo que vuelvas porque los dos somos conscientes que nos hacemos mal, que nos lastimamos y que notablemente no podemos seguir como en los primeros meses.
No me queda nada más que tus recuerdos. Sé que los tengo que tener presentes en mí con una sonrisa, porque con vos aprendí todo: aprendí a ser mujer, aprendí a amar de verdad, aprendí que el amor no es sólo para los grandes sino que los adolescentes también podemos sentir (y muy profundo), aprendí que la sinceridad en una pareja es lo más importante de todo, que no es necesario hacer todo público para poder estar bien y sernos fieles, que no hay que hacerle caso a lo que dicen los demás porque hablan por hablar, aprendí que lo más importante era verte reír, así como vos lo hacías en mí...y lo más importante: aprendí a jugármela por lo que quiero y a darme cuenta que diciendo con palabras lo que siento, puedo llegar muy lejos.
Es muy difícil acostumbrarme a estar sin vos y más aún sabiendo que las cosas no están del todo mal, que hay algo de mí que te molesta y no querés decirme qué es por miedo a lo que te puedo llegar a responder. En este momento preferiría que esté todo para la mierda así de una vez por todas tiramos la toalla y nos resignamos a estar juntos. Lo intentamos y nos dimos cuenta que juntos nunca vamos a funcionar, que ese bloque que construimos está cada vez más débil y soporta menos peso, que ya no es lo mismo del principio y no podíamos pretender que la relación sea todo "color de rosa" como lo era al principio. 
No nos queda más que acostumbrarnos a estar sin el otro. Acostumbrarnos a despertar sin el mensajito de los buenos días e irnos a dormir sin la llamada de las buenas noches. Tenemos que tener fuerzas para poder caer en la cuenta que ya no tenemos a ese "alguien" que nos cela por cada cosa que hacemos, ese "alguien" que es súper compañero y está ahí para el otro siempre, ese "alguien" que además es un amigo que me da fidelidad y confianza plena día a día demostrándome que puedo contar con él para cualquier cosa que me proponga.
El sólo hecho de imaginarme una vida sin vos hace que se me caigan las lágrimas. Lágrimas que son por una causa noble, noble como vos. Porque más allá de todos los defectos que resalto cuando hablo con mis amigas, sos una de las personas más puras y transparentes que conocí, con códigos y principios que no tiene casi nadie hoy en día. Me bancaste muchas, te banqué muchas, pero siempre estuvimos ahí, fieles el uno al otro intentando que ninguno de los dos salga lastimado, priorizando nuestros sentimientos antes que otra cosa.
Qué difícil seguir sabiendo que me falta ese aliado incondicional para mandarme las locuras más grandes que se me ocurran. Qué difícil seguir si no tengo ese sostén que me daba fuerzas todos los días para seguir adelante y no decaer. Qué difícil convivir sabiendo que compartimos grupo de amigos y no poder tolerar vernos y no poder amarnos como siempre hacíamos. Qué difícil admitir que ya no te tengo. Qué difícil es todo, y más difícil aún es verte partir de mi vida, verte ir muy lejos de mi corazón y dejarme acá, sola y triste, sin nada por lo cual levantarme con una sonrisa, sin nada por lo cual tener ganas de salir, sin nada por lo cual ponerme de mal humor, sin nada por lo cual me preocupe cuando salga y ponerme celosa. Sin nada, definitivamente.
"Nunca nadie me dio tanta luz..." porque desde que llegaste, cambiaste mi vida por completo, me hiciste mujer y eso te lo voy a agradecer hasta el día que me muera y nunca me voy a arrepentir de haber estado con vos porque fuiste lo mejor que me pasó hasta el día de hoy. Nunca podría estar resentida con vos, nunca podría odiarte porque fui muy feliz este tiempo al lado tuyo y es hora de aceptar que las cosas no salieron como quisimos por más esfuerzo y tiempo que le hayamos dado a las cosas.
Sabés que siempre vas a tener acá un hombro para llorar, una sonrisa para recibir y una mano para levantarte.
Ya esto va más allá de un "te amo", traspasamos todas las barreras.
Perdón si te fallé y no fui lo que esperabas, di lo mejor de mí para que seas feliz pero evidentemente tu felicidad es distinta a la mía.
Espero que sigas en tu búsqueda y consigas alcanzar esa alegría que tanto querés, nunca dejes tus sueños y nunca te olvides de mi existencia porque yo no podría dejar de lado la tuya que dejó una huella y marcó un antes y un después en mi vida.

@Incredulas - 07/06/13