lunes, 31 de agosto de 2015

Volvé

Te juro, mi amor, que todavía hay días que te extraño, que hay días que pienso en todos nuestros recuerdos y me quedo pensando...Y pienso en vos, en mí, en nosotros, en lo que logramos ser y en lo que te necesito en este momento. No pienses que me olvidé de vos porque sería algo absurdo decirlo, porque personas como vos son las que desearía que existieran más en este mundo, como te solía decir.
Porque todo lo que sé me lo enseñaste vos, porque soy mejor gracias a vos y porque siento que cada día que pasa me voy olvidando de tu olor, que cada día que pasa voy olvidando lo que es escuchar tu voz en mi oído diciéndome "hermosa" porque me estoy olvidando de la contextura de tu piel sobre la mía.
Y no hay día que no te recuerde con una sonrisa, no hay día que no anhele verte por la calle, que haya un cruce de miradas y que, juntos, logremos una escena de película romántica.
Hacía meses que no lloraba por extrañarte...
¿Cuándo me volveré a enamorar? ¿Me enamoraré otra vez?¿Nos vamos a volver a amar? Cuántos interrogantes tiene mi cabeza en este momento.
Mi amor, no sabes cómo te extraño...
No veo la hora de estar en tus brazos otra vez, de darnos la felicidad que logramos darnos, de ser los dos otra vez, de ahí al fin de los tiempos.
Te extraño, mi amor, claro que te extraño.


@Incredulas - 31/08/15

sábado, 29 de agosto de 2015

Como te ven, te tratan

Ayer a la noche, alrededor de las once, cuando bajé del bondi para llegar a mi casa, me agarró una persecución interna bárbara. Tenía frío y faltaban siete cuadras para llegar. No había un alma en la calle, pero yo sentí que alguien me seguía. Como ya me habían robado en mi barrio, respiré hondo, agarré fuerte mi morral y empecé a caminar más ligero. Vi una sombra atrás, así que junté coraje y paré, haciéndome bien la pelotuda, y empecé a retroceder fingiendo que miraba algo a lo lejos. Tenía razón. Me estaban siguiendo. Fue instantáneo: paré, y la persona que venía atrás, me enfrentó. Me asusté. Era el tipo que venía sentado al lado mío en el colectivo y cuando yo toqué el timbre, se paró y bajó atrás mío. Era un chico de unos veincicinco años como mucho. En una milésima de segundo en el que me quise matar, él me miró tímido con su celular en la mano.
- ¿No me darías tu número?.- me dijo.
- No, no.- le respondí y me morí de risa, pero igual la verdad es que seguía un poco impresionada. 
Crucé y continué mi camino. Sola. A dos cuadras de llegar a mi casa escuché pasos apurados atrás mío. Alguien venía corriendo. Antes de que pudiera mirar quién era, sentí una mano en el hombro. Grité como una histérica. El tipo gritó por mi grito. Los dos gritamos. Se puso nervioso e intentó calmarme.
- Pará, pará, pará, ¡no te asustes! No te voy a hacer nada. ¡Me asustaste! ¡¡Qué grito!! Respirá profundo.- me decía mientras hacía la mímica para que yo lo imite. ¡¡Otra vez el pibe del bondi!!.- Perdoname, no quise asustarte. Tomá, para que te sientas mejor, te traje esto.- y me dio dos Bon o Bon que me había comprado en el kiosco de la avenida después de mi negativa a su petitorio. Corrió, según dijo, para alcanzarme y poder dármelos.
Me emocionó, así que le pregunté su nombre, le dije el mío y le di un beso en el cachete, se alegró y me sonrió.
- Muchas gracias, qué gesto tan lindo. Sos un fenómeno, pibe.- y después seguí mi camino.
Una boludez así me hizo replantearme tres millones de cosas. Sigo reforzando la idea de que uno tiene que tratar al otro como a uno le gustaría que lo traten. Sonreír es gratis, agradecer es gratis. Uno, sin darse cuenta, da lo que recibe y recibe lo que da. Es recíproco e infalible.


@Incredulas - 29/08/15

viernes, 28 de agosto de 2015

Resaca de un futuro imaginado

Te vi. Me viste. O viceversa, no tiene importancia. 
Te hablé (o me hablaste), y tres frases después, supe que lo que seguía era puro palabrerío hasta llegar al choque entre labios que los dos buscábamos. La charla fue casi por una cuestión de formalidades. Qué pelotudez, ¿no? Como esas comedias románticas baratas que apenas empiezan ya sabés cómo van a terminar, pero igual te fumás la hora y media que duran. Y, ojo, a veces te enganchás. A veces te sentís protagonista y no querés cerrar los ojos ni un segundo. "Amar la trama más que el desenlace", cantan por ahí. En fin, no importa, esto también es puro palabrerío, como para adornar un poco el cuentito antes de llegar al final.
Vuelvo (tengo esa costumbre de irme por las ramas). 
Hablábamos, y mientras entre tragos fingía escucharte, no sé bien cómo ni en qué momento captaste realmente mi atención, y ahí estaba, enredada en tus palabras. Y en alguna parte de mi cerebro y de mi imaginación te vi, nos vi a los dos, vi nuestra historia, vi este principio y de tanto divagar casi que llego al casamiento, si no fuera porque no creo en esas cosas. Y en un choque con la realidad, no sé cómo llegamos a esta parte de la conversación en la que te hablo de mis creencias, de mis no creencias, y vos, en lugar de fingir que me escuchás como hacíamos unos minutos atrás, realmente lo hacés, y no sólo eso sino que también refutás cada una de mis ideas para plantar las tuyas y defenderlas a muerte. Y yo, que cuando me hablan así soy tolerancia cero, me sorprendo a mí misma por estar disfrutando de escucharte desde un polo totalmente opuesto. En media hora o un poco más, ya nos contamos y sabemos del otro lo mismo que hubiéramos tardado unas cinco salidas en contarnos y en saber, y demás está decir que a esa altura ya nos interrumpimos con unos cuántos besos, pero los pasamos a un segundo plano porque estamos más allá de lo físico, y me interesa conocer tus convicciones más que tu boca, aunque me gusta colgarme un rato ahí, entre alguna sonrisa que se escapa y tus ojos verdes que ensordecen las palabras.
Me viste. Te vi. Nos tuvimos, nos imaginamos, volvimos a tenernos en una luna eterna.
Te encontré una noche, y así como viniste a desarmarme y a desestructurarme, vos quisiste mentirme y casi sin darte cuenta, dejaste que te robe la sinceridad, y tu verdad me importó más que cualquier deseo.
Pero los esquemas se nos cayeron a los dos, y ahora vos vas desnudando verdades por ahí, mientras yo me quedo con algo más que la resaca de una noche y de un futuro imaginado.
"Alguno amores más vale perderlos pero jamás nunca antes de encontrarlos...".


@Incredulas - 28/08/15

jueves, 27 de agosto de 2015

Y nunca le agradecí

A los ocho años, tu papá te compra un helado. Le agradeciste, manchándole con helado su remera.
Cuando tenías nueve años, pagó por tus clases de piano, danza o inglés particular. Le agradeciste en no molestarse en siquiera practicar juntos.
Cuando tenías diez años de edad estuvo todo el día, llevándote a todas partes. Le agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás. 
Cuando tenías once años de edad, te llevó a vos y a tus amigos al cine. Se lo agradeciste diciéndole que se siente en una fila diferente. 
Cuando tenías doce años de edad, te advirtió que no miraras ciertos programas. Le agradeciste esperando hasta que saliera de la casa para verlos. 
Cuando tenías trece años, te sugirió un corte de pelo que estaba de moda. Le agradeciste diciéndole que no tenía gusto.
Cuando tenías catorce, llegó a casa del trabajo, en busca de un abrazo. Le agradeciste por tener la puerta del dormitorio cerrada.
Cuanto tenías quince, te pagó la fiesta de quince o el viaje. Le agradeciste en el momento y después lo volviste a tratar mal.
Cuando tenías dieciséis años, él te enseñó a conducir su auto. Le agradeciste tomándolo en cada oportunidad que podías cuando ya fuiste mayor. 
Cuando tenías diecisiete años, él estaba esperando una llamada importante. Le agradeciste estando en el teléfono toda la noche.
Cuando tenías dieciocho, lloró en tu graduación de la secundaria. Le agradeciste estando de fiesta hasta el amanecer con tus amigos. 
Cuando tenías diecinueve, pagó por la matrícula de la universidad. Le agradeciste diciéndole adiós y no contándole nada de tus notas.
Cuando tenías veinticinco, que él ayudó a pagar por tu casamiento, y te dijo que te quería. Le agradeciste mudándote al otro lado del país. 
Cuando tenías cincuenta, cayó enfermo y necesitaba que lo cuidaras. Le agradeciste leyendo sobre la carga de los padres hacia los hijos. 
Y entonces, un día, murió. Y todo lo que nunca se vino abajo cayó como un trueno en tu corazón.


@Incredulas - 27/08/15

lunes, 24 de agosto de 2015

Enfermedades sociales

Anorexia y bulimia. Son enfermedad que, en altos porcentajes, lleva a la muerte a quien las padece. 
Causa: Nosotros como grupo social sometido inconscientemente a los poderosos. 
Cura: Nosotros como grupo social revolucionario ante los poderosos.
Cuando hablamos de anorexia y bulimia, ¿de qué estamos hablando realmente? Yendo a lo más profundo, a lo imperceptible, sin la necesidad de recurrir a conceptos o definiciones que intentan explicar un fenómeno social que va más allá de lo que pueda leerse en un diccionario, me tomo el atrevimiento de plantear una hipótesis: a mi parecer, hablamos de herramientas que todos poseemos en esencia, como la solidaridad, la comprensión, el no juzgamiento, el amor y la libertad de pensamiento y que no estamos sabiendo manejar como grupo humano, o lo que es peor...Cada uno de nosotros individualmente. 
Por un momento bajemos todo lo invisible que nos imponen desde que nacemos a la realidad, seamos sinceros con nosotros mismos y procuremos no caer en una trampa mental. 
Cuando vos le decís "gorda" a otra persona, ¿en qué te basas para hacerlo?, es decir, ¿cómo podés estar seguro de que aquella persona a la que estás señalando, de verdad es gorda? ¿Quién te dijo que lo es? ¿Las revistas? ¿La televisión? ¿Los tipos que te venden Herbalife? ¿El tipo que sale en “llame ya” diciendo que la modelo de su publicidad bajó ochenta y nueve libras y está más linda que nunca? ¿Los talles únicos que lanzan a la venta los diseñadores de moda? ¿La falta de similitud entre aquella persona, objeto de tu agresión, con Pampita? Para tirar ejemplos nada más. ¿Quién puede tener tanta influencia sobre nosotros y el derecho de decirnos "esto sí" y "esto no"? Y en ese caso, ¿por qué lo hacen?.
En este momento algunos ya deben estar diciendo: “la obesidad es una enfermedad que también lleva a la muerte y blá, blá, blá” a lo que respondo que sí, es cierto, pero te replanteo la pregunta entonces: ¿Cuánto de nivel de triglicéridos o de porcentaje de colesterol o grasa en sangre y los problemas de salud que esto trae aparejado puede saber un pibe de primaria, o tu hijo adolescente, O vos cuando tenías doce, o ahora? ¿Eh? Me imaginé.
Bien, entonces, sabiendo que ninguno de nosotros es Cormillot en la primaria o no sos médico ahora y, si lo sos, no estamos hablando de tu paciente que te vino a preguntar...¿Por qué te importa tanto el “defecto” del otro? ¿Por qué sos tan exigente con que el otro cumpla con los estereotipos que otros te muestran todo el tiempo por todos los medios posibles? O sea, si el otro no es como los de las fotos de Caro Cuore, ¿por qué te importa? ¿Por qué te molesta? Si no sos vos. ¿Qué es lo que buscás cuando ofendés, en cierto modo, a otro diciéndole “gordo”? Además de lastimarlo, obvio...¿Qué ganás? ¿Reforzar tu ego? ¿Sentirte mejor? ¿Ser editor de la revista "Para ti" en el futuro por una pasantía que surgió de una cámara oculta que pusieron ahí donde vos estabas? ¿Querías tener razón para ganarle una discusión? ¿Hacer una broma para que los demás se rían y quedar como un capo? ¿Qué ganás?.
¿Sabés qué ganás? Absolutamente nada...Y lo poco que te llevás como beneficio pasajero con un comentario de esa magnitud, al otro lo mata. Sí, lo aniquilaste y le dejaste el autoestima por el piso. Lo hiciste llorar, lo hiciste sentir miserable, feo e inapropiado. Lo hiciste sentir raro y que algo en él andaba mal. Fuiste muy cruel, hayas medido o no. Y estaría buenísmo que lo aceptes porque es así. Vos, entonces, sos manipulado por el sistema, porque te meten información en la cabeza, te meten presión todo el tiempo, te dicen cómo tenés que ser para gustar y quién puede gustarte y quién no, sacándote la libertad de elección de una forma vil, especulativa e inteligente y, como resultado de eso, que sólo va a beneficiar económicamente a unos pocos, vos actuaste con una falta de amor y de humanidad terribles contra otro ser humano porque estás enojado todo el tiempo y no sabes por qué, pero no es ESA la persona que tiene la responsabilidad...Es el que te vendió eso desde que no tenés recuerdo y que hizo que vos, inconscientemente, le traslades esa información a tus hijos, pensando que es lo mejor para ellos, para que todo siga el mismo ciclo de siempre y así compres sus revistas, para que elijas sus mujeres, para que la vidriera de un negocio pueda tener todos los muñequitos iguales, para venderte una ensalada tres veces más cara que un pancho, o para vender más hamburguesas y panchos por ser considerablemente más baratos que una ensalada. Porque un yogurt está arriba de los diez pesos y porque como te venden estereotipos photoshopeados mostrándote el cuerpo que jamás vas a tener o la piel que jamás vas a conseguir, a vos te hacen sentir un miserable. Un tipo que tiene que pagar la ropa más cara, someterse a cirugías plásticas para ser más pasable y joven y laburar como un esclavo para poder llevar una buena calidad de vida, porque “billetera mata galán”.
Vos te enfermás de estrés y del corazón y la persona a la que ofendiste deja de comer o vomita lo que come para gustarte, para que la aceptes, para salir en esa revista, para encajar en un mundo totalmente ficticio. Todos perdemos. Todos juzgamos al otro, lo señalamos, somos crueles porque pensamos que es lo único que nos da poder sobre los demás. Esto es un placebo. Se vende más alcohol, drogas y puchos que nunca. Se labura más que nunca. La gente se muere más que nunca y todas estas enfermedades sociales nos están aniquilando. Sólo nosotros podemos parar esto, usando lo que siempre tuvimos y nadie nunca va a poder sacarnos: comprensión, amor, solidaridad, apoyo, aceptación y no violencia.
Nosotros no somos nadie para decirle al otro cómo tiene que ser o cuánto tiene que pesar. No debería importarnos cómo es físicamente el otro. Démosles paz. Si tenés hijos, estos son los valores que lo van a formar como una persona íntegra. Erradicar la violencia es difícil, empecemos por no enfermar al otro con comentarios hirientes. Empecemos por cambiar nosotros mismos, los buenos cambios son contagiosos.


@Incredulas - 24/08/15

sábado, 22 de agosto de 2015

Empezar a disfrutar

Todas tus metas, tus proyectos y tus sueños se pueden ir en un segundo. La vida es corta, y da golpes duros. La realidad nos quita gente que amamos y nos presenta a otros tantos. 
Hoy estoy llena de odio, y cada vez creo menos en Dios, porque si existiera no dejaría que estas cosas pasen. 
Voy a empezar a disfrutar más a mi familia y amigos. Voy a disfrutar más el amor de un compañero si algún día lo tengo. No quiero hacerme mala sangre por gente que no vale. Soy una persona fría, me cuesta demostrar, pero hoy me decidí que quiero cambiar eso porque, al fin y al cabo, cuando nos vamos de este mundo, lo único que nos llevamos es amor, momentos, recuerdos únicos con personas que pasaron por nuestra vida. No quiero más gente negativa a mi lado, ni gente depresiva ni gente envidiosa. No voy a cancelar nunca más un plan porque ''me da paja'', si estoy cansada, me la banco y voy igual, porque después me arrepiento, y a veces es tarde. A los que están, los voy a cuidar más que nunca, y a los que se fueron, los voy a recordar siempre.
La vida me hizo más guerrera.


@Incredulas - 22/08/15

viernes, 21 de agosto de 2015

Presencia

A veces sufro por pecar de utópica en esta tierra de gente realista,
de pie pero anclada, que mira el cielo pero no lo ve, que se aferra a lo tangible porque es eso, es lo que hay, y si es así debe ser por algo, y entonces está bien.
Y no, no está bien un carajo.
Hay más allá. ¡Claro que hay más allá!.
¿Cómo considera esa gente, entonces, un abrazo? ¿Lo consideran como una simple extensión de dos miembros envolviendo un cuerpo? ¿No verán ese gesto como la transmutación de un techito cálido y una manta que siempre llegue a los pies?.
Seguro asimilen tener sexo con ultrajar un cuerpo.
Seguro interpreten un "avisame cuando llegues" a un acto de intromisión y vigilancia.
No quisiera imaginar qué creerán de una visita espontánea una tarde cualquiera por el sólo hecho de necesitar la presencia de otro.
La presencia.
Posiblemente el sujeto más intangible que existe y, a la vez, el que más se hace notar, tanto si está como si hace falta.
El mundo está tan colmado de gente realista que uno se siente desubicado. Desamparado. Enfermo.
Dichos entes, ¿sabrán de la existencia de la distancia?.
Un sujeto tácito que se vuelca en un par de letras pero sigue siendo algo intangible...¿Sentirán dolor por notar a kilómetros a un ser que tienen al alcance de su mano? ¿Les quemará?.
Y así con el amor.
Y así con el tiempo.
Y así con los deseos.
Y así con el futuro.
Quizás les ocurra lo mismo con el viento, un "qué se yo si es eso o que voy caminando a paso rápido". Y el problema es ese: caminar a paso rápido.
Quien corre, termina no llegando a ningún lado...¿Eso lo sabrán?.


@Incredulas - 21/08/15

jueves, 20 de agosto de 2015

Pasajera en trance

Mientras almorzábamos, sonaba de fondo "Pasajera en trance". Se precipitó uno de esos pensamientos que a uno le nacen al prestarle atención a la letra de una canción.
- Es re feo lo que dice Charly en esa canción, como que el amor es una mierda.- dijo ella.
- ¿Por qué?.- pregunto él, sonriendo, imaginando la respuesta
- Y sí, dice: "un amor real es como vivir en aeropuertos", como que te estás yendo siempre...
- ¿Así lo interpretas? Qué manera triste de verlo.- retrucó el joven.
- ¿Para vos qué dice?
- Te vas a reír porque interpreto algo totalmente distinto. Quizás porque es mi manera cursi de ver las cosas.
- A ver...
- ¿Uno qué hace en los aeropuertos?.- él esperó y se apuró a responder.- Se toma un avión.
- Sí, ¿y?.
- ¿Y qué haces cuando te subís a uno?
Silencio.
- Volás.


@Incredulas - 20/08/15

lunes, 17 de agosto de 2015

Identidad

Siempre empiezo algo, me entusiasmo con eso y, al tiempo, lo termino dejando. O quiero hacer mil cosas a la vez, no sé por cuál empezar y, por esa razón, no hago nada. O hago todo...Pero me termino cansando y otra vez a lo mismo: nada. Dicho así, parece un defecto, y puede que lo sea, pero aprendí a quererlo. 
En lo que va de mi vida, empecé y dejé muchas cosas. Me imaginé siendo de mil formas diferentes, pero me quedé en una. A partir de eso, fui cambiando, mutando. 
De todas esas formas, me quedó la más importante, la que me acompañó y me acompaña, y tengo la certeza de que me va a acompañar siempre. Cuando deje de hacerlo, será porque ya no tengo nada que decir. Y cuando no tenga nada que decir, va a ser porque no tengo nada más que hacer acá. Mi alma va a flotar, tal vez, hacia la respuesta a la pregunta del millón...A otro tiempo, otro ciclo.
Pero hoy estoy acá parada, firme, con esa certeza que se volvió pasión y virtud. Esa certeza es mi identidad, que con el tiempo no se desgasta, sino que se afirma. Es mi vuelo. Mi locura. La calidez de mis días. El canto que me inspira. La melodía que da color a mi vida. La música que respiran mis pulmones. El acorde que es mi diccionario, que le da vida a mi letra, que es mi vocabulario.
La lucha infinita contra mi indecisión, me regaló una convicción: cuando encuentro el camino que tanto buscaba, sé por dónde quiero caminar. Sé que me puedo perder, pero siempre voy a tener un lugar para volver, para sentarme a mirar la lluvia, a acariciar la luz del sol. Sé que soy leal a mi elección, y voy de lleno a eso, sin importar las consecuencias. La pasión, a veces, puede noquear, pero también hace más dulces las victorias. 
Hoy no entiendo de nostalgias ni de futuros mejores: respiro en presente, aunque a veces cueste, aunque a veces mi cuerpo quiera volar y escapar lejos, y las tensiones no me dejen avanzar. Sin estar quieta, encontré mi lugar: el ruido y el movimiento son mi paz.
No trates de comprender, sentí. Que las palabras sobren y nos empujen a la perplejidad de no tener una respuesta: así es como nacen las canciones que nos llevan a ellas. 
"Sólo tu música me va a salvar".


@Incredulas - 17/08/15

sábado, 15 de agosto de 2015

Un poquito más y mejor

Dudo que existan mejores regalos que los que me hacés así, sin vueltas, sin tener que andar rompiendo papeles, sin cambios ni devoluciones, sin caras raras ni compromisos. Calzan perfectos, y van justo donde tienen que ir, como un mimo al alma. 
Definitivamente sos mi mimo al alma favorito; y si me vieras en este momento, te cagarías tanto de risa...Todo sea por saber que este regalo llegó sano y salvo al destinatario. Tus besos de regalo son mi premio por amarte tanto.
Me hacés bien, mi amor, no hay con qué darle. Perdoná los temblores de esta última semana, pero estoy trabajando para brindarte un mejor servicio. No soy perfecta, y me alegra que te acuerdes de eso cada vez que discutimos.
No necesito verte para saber que te quiero cada segundo un poco más.
Te descubrí entre el humo y la gente...Ahora te conozco bien.
Sos el rey de mis sueños encantados. Siempre, al despertar, dejo los ojos entreabiertos porque con vos vivo en este sueño.
Te amo, siempre, un poquito más y mejor.


@Incredulas - 15/08/15

viernes, 14 de agosto de 2015

Mis verdades

Tengo que aprender a hacer valer mi tiempo. O mejor dicho, a hacer valer el tiempo en general.
Tengo que aprender a ser valiente...O, al menos, intentar saber qué es serlo.
Tengo que aprender a hacer que valga la pena.
Tengo que aprender a serme fiel en estos tiempos con cielo despejado, con horizonte plateado, con el sol dorado como el brillo y relieve de tus ojos contemporáneos.
Tengo que aprender a caminar al cardiotiempo...Cardíaco. Anímico.
Tengo que entender que si quiero, multiplico, y si no quise, que no te complique que yo no entienda mi psicología interna.
Tengo que entender que necesito que me digan que me quieren, que me lo recuerden a diario y sino, que tarde, que se tome su tiempo
pero que sea espontáneo, que me agarre desprevenida y me desate el nudo escondido.
Tengo que entender que necesito alguien que marque la diferencia ante la impotencia de estar semi acostumbrada a recibir caricias extranjeras; extranjeras por designio propio...
Tengo que hacer mea culpa por desterrarme a mí misma del territorio de mis confesiones y mis intimidades.
Si éstas son mis verdades, ¿qué le voy a hacer? Ya sé...Resucitarlas.


@Incredulas - 14/08/15

jueves, 13 de agosto de 2015

Tres de la mañana

¿Alguna vez se sintieron solas?.
¿Alguna vez les pasó de no dormir en toda la noche por no parar de pensar un segundo?.
¿Alguna vez sintieron que les faltaba algo pero no sabían qué?.
¿Alguna vez lloraron sin poder parar y no encontraron ningún tipo de consuelo?
Mi secreto es que a mí me pasa todo eso. Y tengo amigas. Y tengo una familia hermosa que me apoya. Pero ninguna de las dos cosas me basta o me puede consolar. Ya sé que ambas partes son importantes y que teniéndolos a ellos no tengo por qué sentirme mal pero, ¿qué hago con esos llantos sin motivo que me agarran casi todas las noches? ¿Cómo les explico a los demás lo que me pasa, si ni yo me entiendo?.
En algunas ocasiones, estoy de mal humor o triste y finjo querer estar sola, tratando mal a varias personas, pero por dentro lo que más quiero es que todos estén ahí, al lado mío, a pesar que les grite que quiero estar un rato en soledad. No. No, por favor. Seamos realistas, a nadie le gusta estar solo. Necesito mimos constantes de la gente que más quiero.
Yo no era así, pero ahora soy muy sensible. Lloro por todo. Cuando me acuerdo que hace mucho que no lloro, me largo a llorar. Y así todo el tiempo.
A veces, a la madrugada, me despierto en medio de la noche para ir al baño y después me despejo pensando. Y lloro.
Constantemente me armo situaciones en mi cabeza que nunca van a ocurrir, y eso es lo que más miedo me da, pero no sé cómo explicar esas vivencias, porque ni yo sé de dónde vienen esos pensamientos.
En esas noches de insomnio donde no puedo dormir, aprovecho para llorar y descargar todo porque nadie me escucha, porque nadie me ve y así siento que no molesto ni preocupo a nadie. De la nada, me duermo...Y me despierto al otro día con los ojos hinchados, deseando que nadie se de cuenta lo que me pasa todas las madrugadas a las tres de la mañana.


@Incredulas - 13/08/15

lunes, 10 de agosto de 2015

Tren reflexivo

El mismo tren no pasa dos veces en la vida...Y las oportunidades tampoco.
La otra vez volvía del centro y subí al tren en Retiro. Tuve la buena fortuna de encontrar aún asientos disponibles, así que pude elegir. Me senté en esos que se disponen de a cuatro, enfrentados en pares, del lado de la ventanilla. Miré el andén a través del vidrio, me acomodé y saqué uno de mis libros. Me compenetré en mi lectura, esperando que arranque el transporte, pero en determinado momento, la voz de quien viajaba al lado mío me desconcentró, así que levanté la mirada. "Uh, disculpá", le dijo el muchacho a quien tenía enfrente. La chica, comiendo un pancho, le respondió de manera rápida y concisa: "Todo bien, no te preocupes". Imposible no notar que estaba fastidiosa. Fue cuestión de segundos lo que tardó en largar otra oración: "El problema es que tengo un dolor terrible en los pies y hoy parece que todo se da para que me los estén pisando". La joven se quedó pensativa, se indignó con ella misma. Jamás lo miró al flaco a los ojos. Unos segundos más e insistió: "Igual no son los pies, soy yo, es mi día. Hoy no tuve más que mala suerte. Vengo teniendo mucha mala suerte, una más, una menos, ya está...¿Qué se le va a hacer?". Se la notaba derrotada. Sonrió obligada, mordió el pancho, se limpió con la servilleta, terminó con lo que le quedaba de pan de un bocado y agarró el celular para no volver a soltarlo por el resto del viaje. La pantalla de ese aparato parecía abducir su cerebro. Eso hizo que no pudiera ver que yo la estaba mirando a punto de hablar. No me dio ni un segundo para poder preguntarle qué le pasaba o por qué pensaba que su vida era tan miserable ni absolutamente nada. El tren arrancó. Mientras toda esa secuencia transcurría, el tipo frente a ella, el que la golpeó sin querer, el de al lado mío, abrió y cerró un libro aproximadamente cinco veces, alternando cada una de ellas con mensajes de voz de WhatsApp a una chica, una tal Flor. La invitó a cenar primero, después le dijo que en lugar de las nueve de la noche pase a las diez. En otro audio le pidió Coca-Cola o algún jugo porque se acordó que en su casa no había, después le avisó que Gustavo seguro había llegado, y así. Nunca leyó el libro, tampoco nunca miró a la de los pies doloridos a los ojos ni le preguntó nada. Creo que ni siquiera la oyó. Sacó los auriculares del bolsillo chiquito de su bolso, los desenredó y se puso a escuchar música muy fuerte hasta que se bajó, tres estaciones antes de Boulogne.
Pasé una hoja de mi libro con el dedo índice, los miré a los dos de reojo, actuaban como si nunca hubiera pasado algo allí. Me sentí confundida, así que giré la vista hacia el pibe sentado enfrente mío, el de al lado de la poco afortunada de anteojos y en diagonal al WhatsAppero compulsivo, buscando algo de complicidad. Fue en vano, sólo le prestaba atención a lo que parecía un comic de animé que venía leyendo incluso antes de que yo suba al vagón. Una estación antes de Boulogne se bajó, dos estaciones antes guardó la revista adentro de un sobre de nylon transparente y la metió en su mochila. Antes de eso, ni siquiera corrió la vista de su historieta monocromática.
A ver si leí bien el contexto...Tengan en cuenta que soy una mina que creé fehacientemente que las casualidades no existen, que cada cosa que pasa nos indica algo y que todo pasa por alguna razón. Un tipo golpea sin querer en los pies a una chica que tiene enfrente. Esta chica le hace saber que él justo le pegó en la parte que le venía doliendo de hace un tiempo. No puede con su genio o su angustia, entonces dice, como quien no quiere la cosa, que su vida viene siendo una mierda, que todo es mala suerte y manifiesta su dolor físico. El que la golpeó no la oyó, ninguno de los dos se miró o se prestó atención siquiera. La mina le daba charla a lo que parecía ser un charlatán compulsivo (por la cantidad de cosas que decía por WhatsApp, en lugar de escribirlas) pero este flaco prefirió hablar con otra persona en otra parte del conurbano y no con alguien que tenía a menos de medio metro. Una persona necesita hablar y el otro ser escuchado. Cuando yo quise entablar una conversación con una chica que es evidente que tiene una necesidad de expresarse y ser escuchada, ella agarra el celular y la pantalla de ese aparato la chupa para siempre, no dándose cuenta que yo podía darle lo que su lenguaje corporal pedía a gritos: un oído. Un cuarto en discordia, completamente intrascendente, que jamás vio lo que estaba pasando, ni a mí, ni al tipo de al lado mío ni a la mina. O sea que la gente, como la vida real, supongo, le pasa por al lado sin que siquiera se de cuenta.
Los cuatro nos perdimos una oportunidad: de dar, de recibir, de contribuir, de ser solidarios con el otro, de aceptar ayuda de un completo desconocido y de alegrarle el día a un ser humano. "Tengo mala suerte", dijo...¿Y si la suerte le pasa por al lado todo el tiempo y ella no la ve por perderse en la pantalla de su Samsung Galaxy? Y me la juego que muchos de nosotros hacemos lo mismo siempre, mirar sin ver. Muchos me preguntan: "¿cómo puede ser que te pasen esas cosas que sólo a vos te pasan?" sin darse cuenta que a todos nos pasa lo mismo, que solamente hay que prestar un poco más de atención. Esa noche los cuatro podríamos haber llegado a casa teniendo algo muy copado para contar, con una sonrisa, con una tranquilidad, con una anécdota...Yo, sin embargo, me vine con una reflexión: nos estamos perdiendo la magia de la vida y no nos estamos dando cuenta.


@Incredulas - 10/08/15

sábado, 8 de agosto de 2015

Vivir es jugar

"Vivir es jugar, y yo quiero seguir jugando".
Vivir es jugar.
Es improvisar.
Es jugar a armar paredes, construir muros, casitas de madera, bosques o edificios en ciudades.
Es sentir una brisa acariciando la piel, o un viento destruyendo la ciudad.
Es juntar los restos y volver a inventar.
Es arriesgar sin pensar tanto en lo que pueda pasar, pero asumir las consecuencias y la responsabilidad.
Es decorar la tristeza y abrazar la alegría.
Es soñar con palabras volando por las galaxias de los pensamientos, despertando consciencias.
Es enfrentarnos a la locura de la contradicción, para afirmar una convicción.
Es saber que ya está todo inventado, pero seguir intentando dejar una huella en lo eterno.
Es robar sonrisas silenciosas en recuerdos.
Es la inocencia de imaginar un barquito de papel navegando por el mar, y un avión atravesando una nube de algodón.
Es ir pateando piedritas por la calle, soñando el gol del final.
Es rasparnos las rodillas, y seguir jugando.
Es tirarse a sentir el calor del sol mientras quema una canción.
Es sentir la lluvia mojando y reviviendo emociones.
Es soñar un poco antes de dormir, para pintar al día que sigue de otro color.
Es fluir, sentir, respirar, vibrar, volar al cielo con los pies en el suelo.
Es buscar alguna razón, sin saber si la vamos a encontrar.
Es romper las cadenas del miedo que no nos dejan percibir que hay algo más allá de la realidad que nos muestran o que elegimos ver.
Es chocar con alguna mirada extraña que nos regale una sonrisa.
Es animarnos a creer en lo que nadie cree, soñar lo que nunca se soñó.
Vivir es amar vivir, y asumir el riesgo de que lo más arriesgado es partir un día sin haber amado, y sin haber arriesgado.


@Incredulas - 08/08/15

viernes, 7 de agosto de 2015

Amistad complicada

No entiendo muy bien qué pasó ni por qué nos distanciamos así. Sé que nuestra relación ya era media complicada de llevar desde que vos empezaste otra vida en otro lado y con otras personas, pero sin embargo no puedo entender por qué nos separamos de esta forma.
Éramos amigas desde chicas. Tu casa era la mía. Mi familia era tu familia. Confiábamos una en la otra como en nadie. Nunca tuvimos una discusión que dure más de un día. Nunca rompimos los códigos ninguna de las dos. Entonces, sabiendo todo esto...¿Qué nos pasó? ¿Por qué hoy nos vemos y hacemos como si no nos conociéramos?.
Las dos sabemos todas las cosas que vivimos, los momentos buenos y malos que pasamos juntas, las cagadas que hacíamos juntas cuando éramos más chicas y cómo nos divertíamos. Éramos sólo nosotras dos, nadie más.
Te juro que por más que piense y piense, sigo sin entender por qué decidiste hacer tu vida con otras personas y sin mí. De a poco te fuiste alejando de mí y dejándome sola, porque vos eras una de las personas que yo más valoraba en mi vida, sentía que éramos inseparables y que nunca me ibas a fallar. Sin embargo lo hiciste. Me duela o no, me fallaste.
Escribo esto porque te extraño y siento que ésta puede ser una forma de ayudarme a mí misma con esto que siento. Ojalá algún día te puedas dar cuenta que no vas a encontrar otra amiga que te respete, te valore y te quiera como yo, porque para mí eras mi hermana. Siento que en algún punto vos también me extrañás (o eso quiero creer), porque me doy cuenta que cuando nos cruzamos me mirás con nostalgia, pero por ahí tu orgullo es más fuerte que vos y que esta amistad que dejaste de valorar hace un tiempo.
Espero que en algún momento te arrepientas y vuelvas a hablarme porque yo no te guardo ningún tipo de rencor, al contrario. Ojalá volvamos a lo que éramos.


@Incredulas - 07/08/15

jueves, 6 de agosto de 2015

La bocacalle

El asunto es llegar a la bocacalle. Somos de las que están acostumbradas a moverse en la continua sucesión de puntos, sostenidas por el andanivel de la cordura, la que contiene la espontaneidad. 
Entre línea y línea entra el aire, la otra vuelta de tuerca, el posible arrepentimiento o tu salvación. Los segundos de changüí duran lo que tienen que durar. Aproximándose a la susodicha bocacalle, las líneas punteadas se unen, forman una sola línea: la decisión. 
¿Qué pensás hacer? ¿Vas a frenar? ¿Pisar el acelerador?.
Todo por llegar a la bocacalle. A tu boca. Querer callar tu boca sólo por un momento, un húmedo momento. Por querer llegar a él, mi boca calló...Pero yo soy de comunicar, y en ese intento de decir lo que no quiero o no querer decir lo que quiero ser, lo que te quiero dar, lo que quisiera hacerte sentir, freno de golpe y el de atrás me la pone zarpadamente. Quién sabe, quizás soy capaz de dejar mi virginidad con tal de tratar de entender cómo se hace para hacer estas cosas, pero el asunto es llegar a la bocacalle
La historia está en llegar a las calles de esos labios, esas que se forman cuando el frío o tus nervios pueden más. Quién pudiera ser Filcar para que se le alivianen las cosas, ¿no? Ya lo ves, él no puede con su genio. Ya está. No da más. Vive de líneas punteadas, de perfumes, de recuerdos sonoros, del amor que lo llena y que lo hace explotar en soledad.
"Y es que es la forma de mirar las cosas cuando llegan lo que hacen que se queden de otra manera en vos...Se quedan en vos."


@Incredulas - 06/08/15

lunes, 3 de agosto de 2015

Click

Siempre me pasó de sentir que cada vez que estuve en un muy buen momento de mi vida, inconscientemente fui esperando que llegue algo que arruine toda esa felicidad. Será que las circunstancias de la vida, casi podría decirse que me obligaron a tener ese pensamiento, que cuando todo está muy bien, casi inevitablemente algo pasa y arruina todo. Ida y vuelta. Y ahora que soy consciente de eso, me doy cuenta cómo en muchos momentos de mi vida me fui auto boicoteando y arruinando por mi propia cuenta. Antes, ya no. O bueno, capaz ahora un poco -o bastante- también, pero la gran diferencia es que ahora puedo entender un poco más, conocer, aceptar, y así, de a poco, ir encontrándole la vuelta a esta tuerca que no me dejaba avanzar.
Sé que la vida me fue dando unos cuantos golpes, pero también sé que yo sola me fui cayendo y me ensañé en creer que era algo que no podía manejar, me enrosqué en otras tuercas hasta encerrarme en mí y perder las razones, hasta no encontrarle más sentido a nada. Me fui dejando caer, morir, me fui apagando en mi dolor y no pude encontrar la firmeza, ni siquiera una razón para seguir...Hasta que mi cabeza me hizo un click. Y bendito sea el momento en que la cabeza me hizo un click.
Vivir en los recuerdos por más felices que sean es lo que te va apagando, matando. Porque el recuerdo pasó y por más aferramiento a él, no vuelve, nunca. Y mejor que sea así, porque sino en un segundo la vida se iría, sin vivirla, sin darme cuenta. El tiempo que pasó me fue haciendo lo que soy, pero sin soltarlo no se puede avanzar.
Ya no espero que la historia se repita, aunque sé que el camino es un ida y vuelta, y no reniego de eso. Hoy puedo sentir que me estoy apagando pero hay una luz que nunca se va a perder y mañana, tal vez, se vuelva a encender. No me hundo en el dolor, encuentro y busco mis razones, y voy armando nuevas jugadas que me ayuden a ganar. Porque si hay algo que aprendí, algo en lo que creo, que escuché alguna vez, es que 'es mejor vivir una pequeña muerte, que morir cien vidas sin haberlas probado'.
Porque prefiero sentir mal, a no sentir nada. Porque la nada es vacío, porque no sentir es morir. Y porque no creo que exista algo peor que morir en vida. Por eso prefiero caer y que la caída me duela, prefiero sentir que me mata el dolor, porque sintiendo es la única forma de revertirlo, porque eso significa que estoy viva. Y la caída me da la elección de morir o vivir, pero de elegir al fin; descartar, sentir, dudar, avanzar. Y eso, más que nada, es sentirme viva.


@Incredulas - 03/08/15

domingo, 2 de agosto de 2015

Siempre la misma historia

Y la verdad se hizo sangre y nadie se hizo cargo de nada. O quizás nunca llegó a ser certeza, pero esta duda me dejó tantas noches en vela que me la terminé creyendo, y me engañé, me mentí. Es que cuando unos ojos te miran así, no sabés distinguir una caricia de un puñal, y hasta la mirada más transparente cae en la confusión, aunque esos ojos digan todo, pero esas palabras me dejan ciega y no puedo escuchar, y los movimientos se vuelven torpes y mi boca ya no sabe qué decir para rescatar lo poco que queda de lo mucho que arruinó. Aunque no me creo culpable de todo...Sería demasiado facilismo aplicado a la situación.
Pero aún así, hoy te sigo soñando, hoy me sigo desvelando y cierro los ojos y me vuelvo a acostar en la misma cama, y puedo percibir el mismo perfume, y me pregunto por qué, cuándo, cómo puede ser que de un momento a otro las cosas cambien tanto, si hasta ayer dormía en tus brazos y hoy los escalofríos recorren mi cuerpo, y los recuerdos una y otra vez conducen a la melancolía, y otra vez a la pregunta de por qué siempre la misma historia, y otra vez me echo la culpa, pero no, y pienso de nuevo, porque me queda el triste (y absurdo, inútil) consuelo de saber que la peleé, o al menos lo intenté, porque cuando el resultado no es el esperado siempre queda ese resabio de "podría haber hecho un poco más" y el puto auto flagelo. Porque, mal que me pese, sigo siendo eso que siempre buscaste...Hasta que lo tuviste. Pero hoy no te encanta tenerlo, y quizás tus palabras no se pusieron de acuerdo con tus actos en el momento exacto, los miedos fueron más fuertes, el futuro nos pisó de antemano y de vuelta al principio, a ningún lugar, pero con la diferencia de que hoy te sangro más de lo querido y más de lo que vos alguna vez supiste hacerlo. Porque está la bronca de no saber ni haber sabido interpretarte, de que hoy me dejes sin palabras, de no poder avanzar, de no tener el premio ni en la última mano jugando las pocas (y malas) cartas que quedan, de que ya no quedan excusas, queda la resignación, me queda ese beso que nunca daré, porque este adiós a lo que nunca fue no maquilla un hasta luego, y duele quedar en la duda, en la incertidumbre de "¿qué hubiera pasado...?" si hubiera sabido leer tus gestos y tus palabras en el momento justo, si un segundo antes comprendía lo que creía no tener importancia, si me hubiera decidido a apostar cuando las cartas me acompañaban y no me dejaba asustar por un ancho falso. Pero es así, y aunque me pese, la sinceridad siempre la llevé como estandarte, para bien o para mal. Y no me arrepiento, aunque eso conlleve querer volver las agujas del reloj hacia atrás y maldecir el hoy, donde comprendo que mucho peor que las lágrimas o el dolor, es la resignación, de tener que aceptar que nos quedamos en la mitad, que no llegamos a nada, por no tener los huevos suficientes para saber querer de esta forma, y comprender que cada uno sigue su camino, como en un tiempo atrás antes de cruzar. Pero te digo una sola cosa: "mil besos no alcanzan sin un corazón".


@Incredulas - 02/08/15

sábado, 1 de agosto de 2015

Amor y vida

Hola.
Qué difícil se me hace esto de tenerte a miles de kilómetros de distancia, con doce horas de diferencia, dos climas totalmente distintos, idiomas diversos y obligaciones para nada similares. Pensé que iba a poder pasar los días tranquila, como con el viaje anterior, pero esta vez son más días y cada segundo que pasa te extraño un poco más. Cada minuto que pasa lejos de vos nos hace estar más lejos, pero también tan cerca de reencontrarnos...
Necesito que vuelvas para contarme todo, para que me abraces como sólo vos podés y sabés hacer. Necesito que estés acá conmigo, durmiendo abrazados, mirando la serie que vemos juntos, riéndonos de las cosas graciosas que pasan. Necesito que necesites la necesidad de necesitarme, porque no sabés lo nerviosa que estoy al no tener muchas noticias tuyas. Tampoco pretendo que te desesperes por hablar conmigo todo el día. Me encantaría poder hacerlo, sería hipócrita de mi parte negarlo, pero también me hace bien que vos estés bien, que estés agregando otro país más a la lista de lugares que conocés y me puedas enseñar de otras culturas, contándome tus anécdotas y experiencias. Quiero que disfrutes, amor. Quiero que la pases bien como te merecés, porque sé lo mucho que esperaste este viaje.
Antes de irte, me propusiste cancelar todo y quedarte conmigo...¡Pero jamás permitiría eso yo! Quiero que seas feliz, quiero que seamos felices...Y si este mes lejos nos hace extrañarnos y darnos cuenta cuánto nos necesitamos, que ocurra así de ser necesario.
Me gusta amarte y recordarte no sólo como amor sino como vida. Vos sos vida. Vos sos mi vida.
Hasta la vuelta, mi amor.


@Incredulas - 01/08/15